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domingo, 29 de agosto de 2010

Sigue habiendo silencio..

La soledad hace muy bien cuando se está en una verdadera depresión. Estar solo con tu mente, pensando…
Después de tanto silencio, se podría decir que hace bien escuchar algo de música, para distender todos esos pensamientos enredados en la cabeza. Pero no hace más que traer recuerdos de todos aquellos momentos juntos, y saber que no se van a volver a repetir. Lagrimas saliendo de mis ojos, el efecto de la soledad con algo de música de fondo. No hay ninguna canción que no diga algo para que me deprima más.

Surgen las ganas de agarrar el lápiz, una hoja y escribir algunas palabras. Sacar un poco el nudo de adentro.
Me basto poder escribir unas pequeñas palabras y saber que las leíste, fue muy lindo de tu parte. Pero necesito tus palabras, explicaciones. No quiero tu silencio.

Tendremos que solucionar esto. Tu presencia me incomoda, me molesta estar a tu lado, no poder dirigirte una mirada porque los recuerdos de aquellas semanas vienen a mi cabeza y no pueden salir. Es mejor no mirarte, pero a la vez necesito hacerlo. Odio que no digas nada, que te quedes callado. El silencio no va a solucionar absolutamente nada.
Odio verte conectado y que no hables. Odio que digas algunas indirectas por tu “nick” y no seas capaz de hablar. Hoy odio no poder odiarte.

Los primeros días luego de esto, que no entiendo aún porque paso; se me hacía muy difícil el paso de las horas. No dejabas de estar en mi mente ni un segundo…
Poco a poco te fui dejando de pensar. Se me hace menos difícil poder vivir, más fácil no pensar en ti. Salgo de esta crisis poco a poco, sin tu presencia y con algunas memorias.

Si no es por “A” o por “B” algo se relaciona con los días vividos contigo.
Hoy recibí la revista del cable. En primera plana estaba aquella película que fuimos a ver por primera vez al cine los dos.
Hay algo que siempre se relaciona con esos días del pasado, y pensar que hoy no te tengo a mi lado, duele…

Solo queda volver a olvidarte, como lo logre aquella vez. Me costo demasiado, y esta vez va a costar mucho más, sabiendo todo lo que vivimos…
No voy a dejar que me mates en vida, tendré que olvidarte, de alguna forma u otra.

Tu orgullo, la venganza que llevas dentro no te deja hablar, no tienes valor para poder dar la cara y solucionar esto.
Creo que lo que te sucede es que odias esos sentimientos, ya que hay algunas cosas que no te permiten sentir eso, o no queres hacerlo, y los sentimientos pudieron más contigo… Ese es mi argumento al respecto, hasta que tu derrumbes este silencio.

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