Les deseo una muy FELIZ NAVIDAD y un Prospero Año Nuevo... Para que todos sus deseos más profundos se cumplan en este nuevo año que comienza, con salud, trabajo, paz y alegría!!

¡¡MUCHAS FELICIDADES A TODOS!!

Kenismel.

Espiritu Navideño:

Decimos “Navidad” y se nos viene cantidad de cosas a la mente como árbol navideño, regalos, papá Noel, fuegos artificiales, Noche Buena o Víspera de Navidad…
Decir “Navidad”… el 25 de diciembre, antes armar el arbolito, una costumbre. Adornarlo con distintas cosas; verdes, rojas, doradas, plateadas, azules, todo una combinación especial para cada uno. Las luces que prenden y apagan en las noches; con alguna tarjetita navideña que un familiar nos regalo… la clásica bota de papá Noel colgada, en la ventana, en la chimenea, siempre hay un lugar para ella. Es el día donde todos en familia decoran el arbolito, comienza el espíritu navideño…
Los más chicos ya deseaban que llegara ese día, que para ellos anuncia la pronta llegada de papá Noel y los Reyes Magos; este es el espíritu navideño. Los más chicos son las personas que más lo representan, en cambio los mayores no le dan mucha importancia piensan en “gastos, gastos y más gastos”, pero lo hacen por los niños…
Los niños escriben la carta a papá Noel, todos alguna vez la hicimos con alegría y esperanza: “Querido Papá Noel: Para esta navidad quiero que me traigas…” El clásico principio y luego llega la parte en que le decimos que nos hemos portado muy bien este año.
Ellos son las personas que tienen la ilusión, que a muchos nos falta para llegar a creer, ellos son las personas que le dan la magia a cada navidad llegada.
Llega la noche tan esperada para los niños, la noche buena. Muchos de ellos nerviosos, esperando el momento en poder llegar a ver a papá Noel. Además se hacen las clásicas preguntas: “¿Cómo viene papá Noel?”, “¿Cuándo va a llegar papá Noel?”, “¿Por donde va a entrar papá Noel… si no tenemos chimenea?”… Todas estas preguntas que hay un momento en que cansan, pero no dejamos de responderlas, a la vez nos llega a nosotros, a los más grandes, el espíritu navideño. Al responderle al niño no tenemos más remedio que decirle algo… sabemos que lo que le decimos es cosa nuestra pero le trae magia a la noche.
Comienza el ruido, el cielo estalla de colores, los fuegos artificiales. Mucha gente festeja a través de ellos, se transmite la felicidad… un toque de magia. Las familias están completamente unidas, transmitiendo prosperidad, alegría, deseos… brindan. Es una noche de deseos, sueños, espíritu alegre, hay paz, muchos felices… es la navidad, el espíritu navideño.
Niños dormidos, cansados, agotados… al despertarse van directo hacía el arbolito ya con cara de felicidad, entusiasmo… es muy lindo verle la cara a ese niño, niña queriendo saber que encontrara en los paquetes envueltos de distintos colores, cada uno con su nombre. Otros niños en apenas un instante, tan distraídos en esa noche mágica, pasan por al lado del arbolito y se encuentran con varios paquetes desparramados por el piso… “!!Vino papá Noel¡¡” enseguida gritan con alegría.
La navidad va más aya de creer o no… es la ilusión que da ese día, la unión de cada familia compartiendo risas, abrazos, charlas, deseos…
No perdamos el espíritu navideño, creamos en los renos, los cascabeles, el trineo, en papá Noel… todo aquello que vemos en una película navideña, creamos aunque sea una ilusión, un sueño. Seamos como los niños tan solo una noche… vivamos una noche mágica.

Escrituras.

El lápiz no escribe si no está apoyado en la hoja, no escribe si no tiene punta…
El lápiz, la lapicera son objetos, sí, pero son algo más… por lo menos yo lo creo así. El es el que escribe todos mis pensamientos, sentimientos, lo hacemos mutuamente.
El escribir tiene un poder, un poder mágico de la madurez; como pasan los años y vamos madurando.
Todos habremos empezado con un diario, capaz que no todos, pero la mayoría.
Al cabo de un tiempo ese diario de cuando uno era pequeño se va llenando de apoco. Y a la vez se va perdiendo… hasta que un día lo encontramos y abrimos sus páginas. Recordamos aquellos momentos de cuando uno era niño, niña. Esa manera de escribir tan tonta que es para uno ahora. Nos damos cuenta que vamos creciendo, madurando y esas cosas… esas palabras de niño escritas van cambiando, se transforman en algo más que contar la vida diaria, los amores, el más lindo de la clase, etc., etc. Todo esto pasa a ser sentimientos, sentimientos de amor, amistad, la confusión, el no saber que hacer. Contamos en el diario aquellos momentos tan especiales en la vida de uno, son como aquellas escrituras de hace tiempo, pero son más importantes, que al leerlas nos trae nostalgia de aquellos lindos días acompañados de esas o esa persona importante.
Queda todo grabado en las páginas de un simple diario, con aquel lápiz, compañero, que llega un día que hay que cambiarlo ya que envejece, y conseguimos uno nuevo para seguir apoyando el grafo sobre las hojas de aquel diario, que algún día va a estar lleno otra vez y va a terminar como el diario de cuando uno era pequeño. Al leerlo sentir aquellos sentimientos que sentimos en esos instantes, es algo más que un diario, es nuestra vida, marcada en hojas, con muchos colores y algunos dibujos, que luego va a se memoria en uno al envejecer.

Lo que no se dijo.

Palabras que se piensas, pero no se dicen, no las transmitimos… ¿Por qué? ¿Por qué nos callamos todo?... ¿Por miedo? ¿Por vergüenza? No las decimos, las pensamos y nos quedan en nuestro interior, es un dolor para nosotros y nos terminan matando!! Ellas no mueren hasta que salen a la vida y esa persona sabe ese sentimiento, o tan solo algo, eso que estaba guardado en nuestro interior y no lo dejamos salir.
Al callarnos todo, mentimos, decimos algo que no es, que no queremos decir… no es real. Le hacemos creer a esa persona una cosa que no es. No nos expresamos, no decimos todo lo que hay que decir y nos lo callamos, lo guardamos para nunca decirlo… O capas, para largarlo más tarde y no en el momento justo. Si decimos lo que hay que decir en otro momento, no va a ser igual decirlo cuando se nos pasa por nuestra mente, cuando es el momento y lugar exacto no lo decimos. Lo dejamos para más tarde…
¿Qué pasaría si hubiéramos dicho eso que queremos, aquella ves? Cambiaría todo, pero nuestra cobardía no nos deja hacerlo.
Se expresarían sentimientos, cualquier tipo, dependiendo de la situación. Pero no sabemos como encararía “eso” esa persona.
¿Por qué no decimos? Y callamos… Deberíamos decir y no callar… Todo sería más facil.

La felicidad..

La felicidad... ¿Qué es la felicidad? Decimos estar feliz, demostrar una sonrisa a un hecho; hacía una persona, a algo simple que se está viviendo. El vivir día a día, disfrutando cada momento, el simple hecho de estar vivo, de poder vivir la vida cada segundo, cada minuto, cada hora. Pasar un simple rato con una persona, hablar de cosas sin importancia, pasándola bien con tan solo algunas palabras, una amiga, o un amigo, algún familiar, compartir un momento del día liberándonos de los problemas diarios.
Me contaron por ahí... ella se encontraba sola, estaba sentada en una hamaca, en ese instante se deslizó una pluma, como una imagen de película. Se dio cuenta de con tan solo esa pluma que se iba cayendo se alegro, se puso feliz.
Darnos cuenta de con cuantas cosas sencillas se puede ser feliz, alegrándonos del día; aunque esté nublado, o tan solo un instante. Luego se puede recordar en los momentos más tristes en los que ya no nos quedan fuerzas, y estamos agotados, enojados... Al recordar esos instantes nos alegramos, llega la felicidad y se desvanece la ira, el mal.
La felicidad que se vive queda guardada en el interior, algún día, más adelante lo recordaremos y saldrá una sonrisa; o algo más: una risa.

Parte VI: El final de todo... supongo.

Ahora no se si es el final, pero no lo he vuelto a ver, hace ya más de un año. Ecxepto por la primer y segunda semana que regrese a mi rutina diaria. En esos catorce días, algunos, puedo decir que fueron cuatro o cinco veces que hable con él por el menssenger. Luego note un cambio, un cambio que no esperaba en ese momento, pero sí sabía que iba a pasar cuando regresara a mi casa aquel día. (Todo ocurre cuando uno menos se lo imagina.) Sabía que no iba a saber más de su vida y hací lo fue, luego de esas dos semanas.
Pero aprendí algo y hoy lo pongo en práctica. No vale la pena estar con esa persona o querer estar, si sabes lo que siempre hace. Repetir los mismos errores, tropezarse con la misma piedra una y otra vez. No me molesta que haga eso, porque es su problema que puede corregirlo. Lo que si me molesta es que ande lastimando a varias personas, por el mismo motivo, dejando la ilusion en varios corazones, como pasó en el mio.
Supongo que este es el final de la historia, pero nunca se sabe, todo puede pasar hasta lo menos esperado. Capaz que todavía no es el momento de decir "El fin", sino que algun día será el final...

Parte V: El Reloj

No sabía como hacer para que el tiempo no pasára tan deprisa. Quería disfrutar cada segundo, cada minuto. Pero esto se hacía imposible, el reloj daba su vuelta como siempre hace, es su deber.
Todo pasó tan rápido, que no pude ver ni sentir el momento en que mi alegría y nervios volvieron. Todos aquellos sentimientos que se habían ido, regresaron. Pero no por mucho tiempo, ya era la hora de volver a casa, al tiempo no le importaba nada de lo que a mi me pasara.
Trate de disfrutar, de retener cada instante de aquel día, pero se hizo imposible. Recuerdo casí perfectamente todo lo sucedido, creo que siempre hay algo que se me escapa, pero no los sentimientos que sentó aquel y aquellos días junto a él.

Parte IV: Algo inesperado.

En otro lugar, distinto, donde cambio el ambiente pero no las personas. Supuse que en ese lugar él se sentía mejor, se liberaba de sus problemas diarios, en ese lugar era libre, abundaba la libertad.
Fue allí donde mi corazón se arregle, "se curo", podría decir. Ya quedaban menos daños, estaba más sano de lo común. Me sentía bien, ya no me importaba esa persona, sabía que ya no era lo mismo de como era hace ya algunos años. Todo había cambiado, pero hubo un momento en que me sorprendí al igual que le paso a mi corazón.
Comenzamos a entablar una pequeña conversación, de apoco se alargaba, al cabo de los minutos y las horas. El tiempo iva pasando cada vez más rápido, y a la vez quedaba menos para regresar.

Parte III: La esperanza perdida.

Esa emoción tan grande mezclada con tantos sentimientos distintos se había desvanecido, pero no todo, quedaba algo; muy poca esperanza en un rincón muy profundo dentro de mi. Quizás a lo largo de las horas; del tiempo esa alegría se despertaría de nuevo.
Hubo un momento en que ya no quedaba esperanza alguna, estaba tan lejos que era imposible alcanzarla, el tiempo ya no era mucho, pero se pasaba muy lento. Quería irme de ese lugar, en el que hacía tiempo atrás quería estar, volver a mi hogar era lo único que quería, en aquel momento.
No habíamos hablado desde que había llegado a ese lugar, solo algunas miradas que el que las hubiera visto habría pensado millones de cosas. No eran claras y significaban muchas cosas a la vez. Ya nada quedaba, ni esperanza, ni alegría para pasar un rato más en ese ambiente tan extraño, solo quedaba mi corazón lleno de rasguños y roturas por donde se escapo la esperanza, la fuerza y la alegría que me pueden salvar en este momento.

Parte II: Momentos imaginados

Pensaba que nunca más en mi vida iba a poder revivir esos lindos momentos que ya eran recuerdos dentro de mi corazón. Faltaba tan solo unos pocos días para poder volver a ver a esa persona con la cual había pasado hermosos momentos.
Me imaginaba muchas cosas, reviviendo esos momentos de aquellos recuerdos con alegría y emoción, también con un poco de nervios, porque a pesar de que mis imaginaciones eran tan perfectas nada de eso sabía que iba a pasar. Los nervios de saber que me esperaba esos días. Todos esos sentimientos se acabaron al llegar. Nada era igual de aquella última vez que pasamos juntos, ya habían pasado algunos años de ese día, la razón de que ya estábamos distintos, más grandes y cada uno iba por distinto camino. Sabía que todo lo que me imaginé no iba a pasar y así lo fue. Era todo lo contrario de todos mis sueños soñados.

Parte I: Recuerdos

Lo único que queda aquí, en este lugar; son los recuerdos del pasado. Aquellos días de verano, donde el calor abundaba, esto ni siquiera queda ya, sino el frío, un frío lleno de tinieblas, que lo único que hace es enfermarte ¿Será por los recuerdos este frío helado... que hace que ya no haya luz?
Quiero volver a otro lugar, quiero salir de aquí, de entre estos recuerdos amorosos que recuerdo, compartidos con aquella persona. Quisiera saber si él también recuerda esos momentos vividos, como yo lo hago complacida, pero a la vez me enferma saber que ya no está más, ni nada podrá ser igual a aquellos días. Solo quedan los recuerdos; las memorias, en aquella casa helada y oscura, como también lo está dentro de mi corazón. Desde que él también lo pueda recordar, como yo lo hago comúnmente. Recordar aquellos momentos que nunca más serán vividos, todo aquello que ya no queda.